jueves, 17 de febrero de 2011

POESÍA SALVADOREÑA

Poema Oda A Centroamérica de Francisco Antonio Gavidia

Centro América duermesilenciosa e inerme.El sueño del olvido de los mundos:Sus pueblos son estériles llanuras,Zarzales infecundos.Temerosas y agrestes espesurasQue hincha de negra savia el egoísmoPor esta selva lúgubre y sombría,Su horrible paso en las tinieblas guíaLeñador infernal, el despotismo.
Ved el cuadro, que avivaEn la conciencia pública extenuadaEl rayo de una lumbre fugitiva;Ved extender la HistoriaSu acusador legajo¿Qué veis? El crimen coronado arriba.¿Qué veis? El crimen inconsciente, abajo.Los tiranos, la plebe,Todos, los oprimidos, los que oprimen,Todo pasa y se mueveEn un sudario fúnebre de nieveQue de gotas de sangre siembra el crimen.
¡Oh, Patria! ¡Oh, Centro América!Necesitáis con vuestras propias manosLevantar vuestra lápida mortuoriaQue gravita en la tierra como un monteE interrogar después el horizontePara encontrar el rumbo de la gloria.
No: no habían pensadoLos PRÓCERES augustos,Cuando hace medio siglo proclamabanTu santa libertad y tu grandezaEn el noble estandarte desgarradoNi en el pueblo cobarde y maniatadoSobre cuya cabezaSu huella sepulcral dejará un díaComo estampa de sangreEl pie de la cobarde tiranía
No; la vehemencia que cual fuego abraza,La indignación terrífica y solemne;La sagrada iracundiaCon la que anatematiza y amenazaLa palabra de truenos de Barrundia.
La calma pensativaCon que en la soledad de la nochecuando alzan los espíritus el vueloY los perfumes suéltanse del brocheY el pensamiento se encamina al cielo;Cuando tiende profunda sobre el orbeLa sombra, como trémulo palaciosu triste inmensidad de terciopelo;Cuando, ¡oh natura!, tu suspiro exhalasY los ámbitos cruzan del espacioMisteriosos enjambresDe almas errantes de impalpables alas;La calma pensativa, inmensa lucha,Del genio soberano,Con que el gran Valle en el silencio escuchaMisterioso y profundo.Inclinado a las simas de la ciencia;Cual forja el porvenir, la Providencia,Para este corazón del Nuevo Mundo;
La fuerza poderosa con que escrutaEl espíritu inmenso de DelgadoDel corazón la misteriosa ruta,Cuando extiende la diestraSobre el pueblo a sus pies arrodilladoQue espera sus palabras para erguirseY lanzarse al fragor de la palestra;
La espada, luminosa cual la ideaCon que Francisco Morazán, sondeaDonde su rayo el patriotismo fragua,Para escalar las escarpadas cumbresEn que el laurel florece de la gloriaY llevar por la mano a la victoriaEl furor a las bravas muchedumbres;Las épicas y ardientes aventuras,Con que un día el coloso,Gloria de El Salvador, hijo de Honduras,Padre de Centro América glorioso;Ensordeció los ámbitos del Istmo,Surgiendo, como un león, con la banderaDel derecho, trasunto de Mavorte;Con sus huestes ardientes y bravías,Luminosa cohorte,Detrás de esas azules serraníasEn que flotan las nieblas, hacia el norte;El que sembró llanuras y montañasCon victorias y hazañas,Dando asunto a las rústicas familiasPara animar de noche sus vigiliasCon el nombre del héroe en las cabañas;
Toda esa fulgurante llamaradaQue cual gloriosa brumaEstá flotando, oh Patria, en tu memoria,Los héroes de los triunfos de la espada,Los héroes del triunfo de la pluma,Que han tejido de triunfos nuestra historia;Obra providencial, santo legado,¡Oh! no eran para un pueblo esclavizadoSobre cuya cabezaSu huella sepulcral dejará un díaEstampada con sangreEl pie de la cobarde tiranía.
¡Oh, centroamericanos,Despertad ya de la tremenda calma!Y en vez del negro y gélido vacíoQue lleváis del pecho,Poned en él un corazón y un almaFormados por la audacia y el derecho.¡Oh, centroamericanos!No acabará la esclavitud si prontoNo os tomáis de las manosNi avanzáis en unión estrecha y fuerte,Poniendo un sólo pecho como hermanos;A ver si hiere a un pueblo de esa suerteEl destino que forja los tiranosO si ellos en la empresa hallan la muerteSí, un pueblo yace en el tremendo sueñoDel baldón y el olvidoEn que se hunden lo oscuro y lo pequeño,Cuando el ánimo pobre y abatidoVive esperando con vigor escaso,Que le trae un caminoEl ademán de loco del destinoO la brújula imbécil del acaso.¡Oh, no esperéis que el dedo de la suerteos marque el ignorado derrotero,mientras dormís en estupor inertey al borde del abismo traicionero.El porvenir no llega, inesperado,Advenedizo sin misión ni nombre;Llega porque es llamado;Porque lo han engendradoEl valor y el espíritu del hombreY porque el hombre mismo lo ha creado.
No es hijo el porvenir de la fortunaNi es el azar el padre de la gloria,Ni va sin ley y sin conciencia algunaSin fe e inteligencia,Trazando los caminos de la historiaLa mano de la oculta Providencia.
¡Oh! No habrían los maresdesvelado su senoque un nuevo mundo encierra,si el genio no venciera los azarescon que la chusma pálida se aterra,para transfigurarse en el océano.Al gritar ¡tierra! Al completar el viaje,Ante el mar y las brumas y el misterio,Como si un Dios al extender la manoEngendrase en la sombra un hemisferio.
Los pueblos cuyo espíritu desmaya,Al azar confiadosQue con ellos navega,Abandonados a la fuerza ciegaNunca alcanzaron a ganar la playa;Sin fe, sin guía, sin razón, ni tino,Jamás se salva el pueblo que se entregaSolo a las tempestades del destino.No es sociedad la turba que amalgamaEl azar, y en que el pálido egoísmoSu simiente derramaPreparando la siembra de tinieblasQue ha de segar después el despotismo.
Ved lo que os pide el porvenir: un lazo;Unir el brazo, unir los corazones,Una gran sociedad, un gran abrazoQue una los corazones y una el brazo;Así la tiranía que envenenaNo hallará sin ligar los eslabonesNi romperá jamás esa cadena.
¡Oh, minorías cultas, indolentes!¡Minorías! La gloria será vuestra,cuando inclinándoos sobre el pueblo rudo,tendiéndole la diestra,hagáis del pueblo indestructible nudoy halle en la unión impenetrable escudola corrupción irónica y siniestra.
¡Un alma para el pueblo!Ved lo que os pide el porvenir: un lazoQue estreche los espíritus y el brazoY que os sostenga al ir hacia delante:La democracia, formidable atlante,Invencible coloso,Vendrá, cuando en trabajo luminosoConcentréis el espíritu que flota,Como una fuerza cósmica gigante,En la dispersa muchedumbre ignota.
Y un día el porvenir que hoy os aterra,¡Oh, centroamericanos!Vendrá a poner su antorcha en vuestras manos,A la faz de los pueblos de la tierra…Así el ardiente Izalco un tiempo eraUn declive sin faldas ni estaturaDonde al sol dormitaba la palmeraAbanico oriental de la llanura.
Una noche, el espíritu del mundo,Concentrando su fuerza poderosa,Sacó de las entrañas de la tierraUna cima espantosaQue arrojó de su cráter iracundo,por sobre de las cimas de la sierra,un torrente de luz que alumbró el mundo.
Ahora el naveganteQue el ardor de los trópicos agostaCuando en la noche espléndida y desiertaAl fulgor del Océano, vacilante,Con rendida miradaBusca los arrecifes de la costa.Ve, cual mito de una hórrida odisea;Cual si agitasen con terrible alientoLos titanes del IstmoLas flamígeras crenchas de una teaSurgiendo de las sombras del abismo,Cortando enhiesto al horizonte el rumbo,Que tuercen a su vez los huracanes,Y ensordeciendo al mar con su retumbo,Cual titán vencedor de los titanes;Al Izalco terrífico,Monologando en sus tormentas bravasEn las tinieblas de la noche a solas,Titánico y magnífico,Bañado en el torrente de sus lavas,Y alumbrando, el aplauso de las olas,Las soledades de agua del Pacífico.
Universidad Católica de El Salvador - UNICAESFacilitador: Ms. Manuel Vladimir Acevedo AcevedoAsignatura: Administración EstratégicaAlumnos: Argueta Landaverde, Marta Concepción
Marroquín Martínez, Oscar Alexander

ANALISIS DE LA OBRA “LEER Y ESCRIBIR” (Alberto Masferrer)
En esta obra el autor muestra un horizonte cultural deprimente, porque la mayoría de salvadoreños no trata la manera de prepararse para salir adelante, por lo tanto hace hincapié en que solamente a través de la lectura es que el hombre va a poder salir de la ignorancia.
La lectura debe de ser un hábito en nuestra vida, porque es la herramienta fundamental del saber y no debemos leer por leer, sino leer para aprender y comprender, para salir del analfabetismo en que nos encontramos, que es uno de los principales problemas que tiene El Salvador, a diferencia de otros países como: Alemania, Dinamarca, etc. que dejan de lado el egoísmo y ponen en práctica la fraternidad y solidaridad (valores que carecen los salvadoreños) logrando un caudal de conocimientos popular y esa es la clave para crecer intelectualmente y dejar de ser analfabetas, que va más allá de saber leer y escribir, porque también incluye prepararse, analizar y poder llegar a ser mejores personas a través de la lectura, en donde no debe de ser impuesta, sino voluntaria y esta persona logrará el hábito de leer, lo cual a parte de los beneficios no querrá abandonarla porque le va a gustar y dejar de leer cosas que lejos de beneficiar nos empobrece culturalmente.
Leer se ha convertido en una necesidad, porque nos lleva de la ignorancia al conocimiento y éste es el que nos abre las puertas a nuevas oportunidades y progresar en la vida y muy difícilmente esta persona va a ser engañada, porque el que lee aprende y crece culturalmente.
Una causa del analfabetismo en El Salvador es que pensamos individualmente y creemos que no hay que meterse con las demás personas y mucho menos para ayudar, “Sálvese quien pueda” es una de las frases populares que se utiliza, por lo que en lugar de ayudar si se puede se hunde más al prójimo, porque es una competencia de ver quién está mejor y eso lo que trae como consecuencia es más pobreza, tanto cultural como económica del país y mientras no cambiemos ese comportamiento va a ser muy difícil que El Salvador salga del problema del analfabetismo, porque todos somos responsables de la situación en la que hemos caído y eso hace que nosotros mismos nos pongamos
Universidad Católica de El Salvador - UNICAESFacilitador: Ms. Manuel Vladimir Acevedo AcevedoAsignatura: Administración EstratégicaAlumnos: Argueta Landaverde, Marta Concepción
Marroquín Martínez, Oscar Alexander
barreras y no se tiene la disponibilidad de querer saltarla, porque solamente con la
fraternidad y solidaridad es que se puede hacer.
Enseñar a leer y escribir al que no sabe es una de las necesidades esenciales, porque la mejor ayuda al prójimo no es dar dinero o medicina, sino mas bien, dar herramientas para que ellos mismos puedan cubrir sus necesidades y no hacerlos inútiles, que únicamente esperen una limosna; por el contrario, hay que enseñarles a ganarse el sustento diario y no sólo eso, sino también les va a servir a progresar en la vida. Si hacen de la lectura un hábito van a poder salir de la ignorancia en la que se encuentran sumergidos y tener una oportunidad de salir de las sendas oscuras en las que se encuentran. De esa manera, vamos a dejar de ver tantas personas sin techo que se quedan durmiendo en los parques, tantos delincuentes, etc. y va a existir un cambio en donde no únicamente van a tener mejores condiciones de vida, sino también algo que nadie les puede quitar y es el conocimiento, una amplia cultura en la que nadie los puede engañar porque leen para aprender.
La persona que no sabe leer y escribir no debe de esperar ayuda por parte de las autoridades, sino que tiene que poner la voluntad de querer aprender y apoyarse en las personas más cercanas y el hombre que tiene la ventaja de no ser analfabeta, debe de estar con toda la disponibilidad de querer ayudar al prójimo y dejar de lado el egoísmo para lograr así la felicidad.
Si dejamos de lado el individualismo y unimos fuerzas para erradicar el analfabetismo podemos llegar a ser personas emprendedoras, con visión a ser empresarios y dejar esos paradigmas que no tenemos los recursos para poder crear nuestro propio negocio; si somos visionarios vamos a saber crear con lo poco que tengamos, porque siempre se tiene que comenzar de abajo para poder crecer y volvernos personas exitosas que solamente con el hábito de la lectura es que podemos garantizar obtener lo que nos propongamos hacer. Tenemos que arriesgar para ganar y si aprendemos a leer cosas que nos hacen crecer en conocimiento, nos va a convertir en personas exitosas, con criterio, con una amplia visión y si todos lo practicamos, entonces El Salvador progresará al tener gente con visión empresarial y con una cultura amplia en donde nadie nos puede engañar al poner en práctica la lectura constante.
Poema El Matadero de Salvador Salazar Arrué - (Sala

Hay un solar,una galera de teja.Es casa sin paredes.Los muebles: varas de tarroatadas de pilar a pilar.Las cortinas, de carne olisca,las alfombras de cuero estacado.Casa acalambrada, hedionda…;casa mala, de matar la res;rastro, rastro de sangre…Hay charcos rojos en el suelo.Hay postes con ergástulas:altares del Diablodonde adoran rezando las moscasnegras,rizadas como barbas de mono,barba que se desplaza como gusanosde gusanera.
En el solar hay tres palos mochosdonde se están, llorando apersogadaslas víctimas.La res presiente la muerte,avisada por el zumode su propia sanguaza.
El matadores un hombre gordo,bofo,de voz delgada (voz amujerada)y delantal overo,en rojo barriosoy amarillo-verdede huevo-huero y bilis.Es panzón y sonríecon boca de chancleta.Tiene manos peludasy atamaldas.¡Qué pobre hombre feoy espantoso!,si Dios lo perdona…,¡que lo perdone!…Amanececon un quinqué y un cuchillolargo, largo…Anda entre berridosarrastrando su sombralarga larga…Le ayudan dos mozosdescamisados,prietos como él.Le siguen los pasostres perrosgordos, gordos, pesados y sanguinolentescomo él.
Esta casa es una llagaen el cerro.La mantienen los dianches,la custodian los zopesen largos retenes,por turnos,entre graznidos y pleitosy aletazos de escoba rota,sobre los pedregalesy los basureros.
Un día el matadorse ahogará con su propia saliva,alzando los brazos y dando trapiés,rojo de asfixia.Caerá donde destazany está mojado-caliente,sanguinolente,pestilente.Un día se vendrá el temblor,o el huracán, o el incendioy la casa malditaperecerá entre el polvo y el humoy la res no llorará yanunca más, nunca más, nunca más…

Poema A Sor Juana Inés De La Cruz de Claudia Lars

I
¿Quién soltó de tu pecho la impacientepaloma musical que en fuego sube?¿Quién puso en los cristales de la nubela misma luz que cae de tu frente?
¿En qué silencio de estupor vehementete pude descubrir y te retuve?¿Qué flamígero dardo de querubemarcó el instante con su filo ardiente?
Espacios deslumbrantes, voz ceñidaa las ígneas raíces de la viday el ansia de esa voz determinada.
Una irrupción de signos en tu cielo.Y bajo el arrebato de tu vueloyo, Señora, pequeña y hechizada.
II
En la rosa salvada, en su purezaque sube hasta la luz y en ella habita,llamo a tu corazón y te doy citapara hablar de tu blanca fortaleza.
Llevo una mariposa en la cabezay otra más deslumbrante me visita.Soy la que nada sabe… la que agitasu alma y su voz detrás de la belleza.
Mis jardines pequeños, entregadosal duende, al ángel verde… son aliadosde todo lo que vuela y lo que brilla.
¡Cómo no darte a ti, -tan voladora,-mi ceniza de rosas y esta horaen que vuelve a ser rosa la semilla!
Poema Ascensión de Alfredo Espino

¡Dos alas!… ¿Quién tuviera dos alas para el vuelo?Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido.Desde aquí veo el mar, tan azul, tan dormido,que si no fuera un mar, ¡Bien sería otro cielo!…
Cumbres, divinas cumbres, excelsos miradores…¡Que pequeños los hombres! No llegan los rumoresde allá abajo, del cieno; ni el grito horripilantecon que aúlla el deseo, ni el clamor desbordantede las malas pasiones… Lo rastrero no sube:ésta cumbre es el reino del pájaro y la nube…
Aquí he visto una cosa muy dulce y extraña,como es la de haber visto llorando una montaña…el agua brota lenta, y en su remanso brilla la luz;un ternerito viene, y luego se arrodillaal borde del estanque, y al doblar la testuz,por beber agua limpia, bebe agua y bebe luz…
Y luego se oye un ruido por lomas y floresta,como si una tormenta rodara por la cuesta:animales que vienen con una fiebre extrañaa beberse las lágrimas que llora la montaña.
Va llegando la noche. Ya no se mira el mar.Y que asco y que tristeza comenzar a bajar…
(¡Quién tuviera dos alas, dos alas para un vuelo!Esta tarde, en la cumbre, casi las he tenido,con el loco deseo de haberlas extendido¡Sobre aquél mar dormido que parecía un cielo!)
Un río entre verdores se pierde a mis espaldas,como un hilo de plata que enhebrara esmeraldas…

Vida, pasión y muerte del antihombre- Geofroy Rivas
Idéntico a sí mismo desde hace quién sabe cuántos vagos y ardorosos milenios,Ecuación desmedida en el preciso instante en que el grito y la sangre se confunden,Allá Cuando mi madre era más bella entoncesQue todos los huertos frutecidos en el sueño con hambre de los hombres.Milagrosamente,Mi corazón de nube desató sus silenciosY mis ojos con nidos donde van y vienen mariposas y velas,Estremecieron la luz al deshojar la planta sin nombre de un recuerdo. Entonces fue,En lo más hondo de su tierra,Entre limos de angustia, despiadados torrentes y lejanos misterios,En vuelcos trascendentes desahogando sus ríos,La renuncia fatal,La escisión fragorosa que se quedó entre los dos como un secretoComo si alguien nos arrancase un sueño de repenteY el socavón oscuro quedara empapelado de tristeza.Con un afán de árboles,Ella desenterró sus muertos para esta mi vida en que culminan diez millones de vidas,Crucificó su sombra en el corte de todos los caminos para mi anhelo alzado y sin fronterasY nutrió mis raíces en el hueco de una vieja nostalgia de ojos madrugados.Y fui yo solo entonces a taladrar mi brecha,Prolongando un dolor que me llegaba nadie sabe de dónde,A llenar mi destino de ser apenas un jalón en el sueño,A pulir mi diamante, a descubrir mi pozo,A levantar muy alto unas cuantas banderas de alegría.
Ii
Un niño triste a veces se me asoma a los ojos,Pálido niño, pálido de silencio y de anhelo.A veces también lloro por mi frustrada ancianidad, Grito sobre mi muerte lejana y prematura,Sumergido en angustia,Como quien hunde la cabeza en una almohadaPara que nadie vea sus latentes racimos de tristeza.Mi corazón de túnel abierto a la esperanza Se anegó de preguntas al descubrir el mundo.Flor de monstruosos pétalos que sabían a sombra,Fue deshojando el lento conocer de las cosas.Mía fue la sangrienta martingalaDe pasión despeñada y sin sosiego.Míos fueron los álgidos delirios de flechas desatadas,De torrente sin rumbo, de soledad sin alas.Míos fueron los surcos del hombre sin semillas.Mía la herida cruenta.Mío el sonido ciego.(Como de lentos nudos desatándose,como de negros faros viejas lucesque despiertan así, de noche, sin motivo,para espantar fantasmas de velas en el sueño,como de antiguas tumbas respiración sin sombra,como coronas, grillos, o como rejas durasde cárceles de donde nunca debe salir lo que penetra,como helados museos de momias y de trajes sin cuerpos,como sueño sin sueños,como muerte).Ah, la respuesta entonces de verdades inciertas.Ah, la escueta y tremenda negación de la duda.La mentira a la altura de la sed y la fiebreY la atónita espera desangrándose en versosY el inquirir sin término y el preguntar por nada
Iii
Venían, iban barcos.De ti hacia mí. De mí hacia ti.Iban, venían barcos de ojos y semillas.Venían, iban barcos sonámbulos, desesperados barcos.Iban, venían barcos y se iban sobre mares de olvido sin mañana.Ah, corazón en llamas, desplazado, derruido,Expresado a voz alterna de ansia y de alegría
Iv
De légamos profundos, inconforme, Levantándose absurda, desmedida, Monstruosa de protestas, Agria voz que me agobia, Que me empuja, Que me alza y me sumerge. Ronca voz que desconoce las palabras, Ancho grito sin fondo, Hosco alarido Descubriéndome entrañas ignoradas, Estrujándome perdidos corazones, Ahogándome gargantas imprecisas. Ola de agua sin cauce, Inopinada, Violento viento ardiente sin fronteras, Oscurecida voz mía y ajena Resonando en oídos que siempre la esperaron, Envolviendo la sangre en venas nuevas, Encendiendo otros ojos Desatando otra lengua. Enmohecidos brazos la enarbolan Puños que antes colgaban levantados, Ruda testuz erguida Negándosele al yugo y al inútil arado. ¿De dónde vivo a mí? ¿De dónde fue en nosotros? ¿Quién arrojó semillas a los surcos hambrientos? ¿Desde cuándo eran nuestras las estrellas? De aquí, de allá, ellos, nosotros, desde siempre. Para qué preguntar. Lento buzo de fuente humilde y mínima Trajo palabra antípoda para la voz alzada Desbordada respuesta, ancha, sin tregua, Palpitando en las vértebras mismas de las interrogaciones, Médula joven mía, tensa y firme. Y a los potros del viento fatigaron los ecos. v
Vivíamos sobre una base falsa, Cabalgando en el vértice de un asqueroso mundo de mentiras, Trepados en andamios ilusorios, Fabricando castillos en el aire, Inflamando vanas pompas de jabón, Desarticulando sueños. Y mientras, Otros amasaban con sangre nuestro pan, Otros tendían con manos dolorosas nuestro lecho engreído Y sudaban para nosotros la leche que sus hijos no tuvieron nunca. Ah, mi vida de antes sin mayor objeto Que cantar, cantar, cantar, Como cualquier canario de solterona beata. Ah, mis veinticinco años tirados a la calle. Veinticinco años podridos que a nadie le sirvieron de nada. Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno. Espermatozoide de abogado con clientela. Oruga de terrateniente con grandes cafetales y millares de esclavos. Embrión de gran señor, violador de mengalas y de morenas siervas Campesinas. Y me he muerto en la flor de los años y a media carcajada de la vida, Cuando era una promesa para varias familias Y una clara esperanza para dos o tres patrias. (¿Cuántas niñas cloróticas lloraron sobre esta mi muerte sin sentido?) (¿Cuántos borrachos repitieron entre hipos mis inútiles versos?) (¿Cuántos curas rezaron por el descanso eterno del alma que no tuve?) Y descendí también a los infiernos. He visto al hombre desnudo y tembloroso Purificarse en llamas de miseria. He visto al hombre en toda su terrible verdad, En su espantosa y sublime verdad, Revolcarse en los lodos de las más cruentas y salvadoras objeciones, Empinarse en los inicuos pedestales de las más íntimas y dolorosas Bajezas Y surgir transparente de los fuegos de su propia recriminación. Y también me levanté de entre los muertos. Violento, desatado, Como un huracán recién parido, Colgado de mi angustia, Despeñado en mis ímpetus, Con los ojos cuajados de asombro y la palabra apenas murmurada Dejando todavía acre sabor de sangre entre los labios, Cargado con el enorme peso de la respuesta única, Ardido en los crisoles de hondos regocijos, Resurrecto en la alegría fecunda y madrugada Que puso en mi cariño dos radiosas auroras proletarias. Y el camino fue ancho y la luz fue más viva
Poema Infancia 1942 de Manlio Argueta

La infancia era la noche especialmente,y pensar en el día que vendría mañana,mamás enfermas, papás que no llegaban nunca,hermanos que se iban olvidandoa medida que ya no regresaban.
Y era la muerte la mátalascallando,como si se enojara todo el tiempo.Iba y venía perra de los atardeceresllevándonos amargas cicatrices y gritosy angustias y dolores y lágrimas y mares.
La infancia era la muerte cagándose de risa.Se nos quedaba viendo de a poquitodesde las uñas de los pieshasta la punta de los pelos parados.Comenzaba a escoger como si nada.Recorría los barrios,se llevaba a los niños más hermosos y pobresdejándonos dolor y sacrosanta herida.El aire entonces con sus manos avesjugaba con nosotros para que no temiéramos.
Sin embargo moríamos de miedo,mirándola implacablecon sus terribles dientes de caballo.De uno en uno se acaba hasta la raza,decían los papás y las mamás temblando.
La infancia es esta muerte satisfecha,sus monedas de plata, sus corbatas,cuchillo de oro, bala envenenada.Y nos dejaba penas, desconsolados siempre.Porque si algo dolía en estos barrios,era la dura muerte, la inflexible,que además se burlaba de nosotrosporque no éramos aptos para absorber horrores.
Y quedábamos solos, hijos de Dios,niños abandonados al temor de la noche.
Preguntamos por qué tanta desgracia.Por qué la muerte infamese llevaba a los buenos y a los malos,pero siempre a los pobres, eso sí.Y se echaban los padres, los abuelos y tíosun trago. Más que trago era copa de lágrimas.Mientras tanto los niños debajo de las sábanasoíamos retumbosque venían del fondo del volcán.
Roque Dalton:
LOS POLICÍAS Y LOS GUARDIAS
Siempre vieron al pueblocomo un monton de espaldas que corrían para allácomo un campo para dejar caer con odio los garrotes.Siempre vieron al pueblo como el ojo de afinar la punteríay entre el pueblo y el ojola mira de la pistola o el fusil.(Un día ellos también fueron pueblopero con la excusa del hambre y del desempleoaceptaron un armaun garrote y un sueldo mensualpara defender a los hambreados y a los desempleadores.)Siempre vieron al pueblo aguantandosudandovociferandolevantando carteleslevantando puñosy cuando más diciéndoles:“Chuchos hijos de puta el día les va a llegar”.(Y cada día que pasabaellos creían que habían hecho el gran negocioal traicionar al pueblo del que nacieron:“El pueblo es un montón de débiles y pendejos —pensaban—qué bien hicimos al pasarnos del lado de los vivos y de los fuertes”.)Y entonces era de apretar el gatilloy las balas iban de la orilla de los policías y los guardiascontra la orilla del puebloasí iban siemprede allá para acáy el pueblo caía desangrándosesemana tras semana año tras añoquebrantado de huesoslloraba por los ojos de las mujeres y los niñoshuía de espantodejaba de ser pueblo para ser tropel en guindadesaparecía en forma de cada quién que se salvó para su casay luego nada mássoló los bomberos lavaban la sangre de las calles.(Los coroneles los acababan de convencer:“Eso muchacos —les decían—duro y a la cabeza con los civilesfuego con el populachoustedes también son pilares uniformados de la Naciónsacerdotes de primera filaen el culto a la bandera el escudo el himno los próceresla democracia representativa el partido oficial y el mundo librecuyos scrificios no olvidará la gente decente de este país aunquepor hoy no les podamos subir el sueldocomo desde luego es nuestro deseo”.)Siempre vieron al pueblocrispado en el cuarto de las torturascolgadoapaleadofracturadotumefactoasfixiadovioladopinchado con agujas en los oídos y los ojoselectrificadoahogado en orines y mierdaescupidoarrastradoachando espumitas de humo sus últimos restosen el infierno de la cal viva.(Cuando resultó muerto el décimo Guardia Nacional. Muerto[por el puebloy el quinto cuilio bien despeinado por la guerrilla urbanalos cuilios y los Guardias Nacionales comenzaron a pensarsobre todo porque los coroneles ya cambiaron de tonoy hoy de cada fracaso le echan la culpaa “los elementos de tropa tan muelas que tenemos”.)El hecho es que los policías y los guardiassiempre vieron al pueblo de allá para áca.que lo piensen muchoque ellos mismos decidan si es demasiado tardepara buscar la orilla del puebloy disparar desde allícodo a codo junto a nosotros.Que lo piensen muchopero entre tantoque no se muestren sorprendidosni mucho menos pongan car de ofendidoshoy que ya algunas balascomienzan a llegarles desde este ladodonde sigue estando el mismo pueblo de siempresólo que a estas alturas ya viene de pechoy trae cada vez más fusiles.

LOS POLICÍAS Y LOS GUARDIAS
Siempre vieron al pueblocomo un monton de espaldas que corrían para allácomo un campo para dejar caer con odio los garrotes.Siempre vieron al pueblo como el ojo de afinar la punteríay entre el pueblo y el ojola mira de la pistola o el fusil.(Un día ellos también fueron pueblopero con la excusa del hambre y del desempleoaceptaron un armaun garrote y un sueldo mensualpara defender a los hambreados y a los desempleadores.)Siempre vieron al pueblo aguantandosudandovociferandolevantando carteleslevantando puñosy cuando más diciéndoles:“Chuchos hijos de puta el día les va a llegar”.(Y cada día que pasabaellos creían que habían hecho el gran negocioal traicionar al pueblo del que nacieron:“El pueblo es un montón de débiles y pendejos —pensaban—qué bien hicimos al pasarnos del lado de los vivos y de los fuertes”.)Y entonces era de apretar el gatilloy las balas iban de la orilla de los policías y los guardiascontra la orilla del puebloasí iban siemprede allá para acáy el pueblo caía desangrándosesemana tras semana año tras añoquebrantado de huesoslloraba por los ojos de las mujeres y los niñoshuía de espantodejaba de ser pueblo para ser tropel en guindadesaparecía en forma de cada quién que se salvó para su casay luego nada mássoló los bomberos lavaban la sangre de las calles.(Los coroneles los acababan de convencer:“Eso muchacos —les decían—duro y a la cabeza con los civilesfuego con el populachoustedes también son pilares uniformados de la Naciónsacerdotes de primera filaen el culto a la bandera el escudo el himno los próceresla democracia representativa el partido oficial y el mundo librecuyos scrificios no olvidará la gente decente de este país aunquepor hoy no les podamos subir el sueldocomo desde luego es nuestro deseo”.)Siempre vieron al pueblocrispado en el cuarto de las torturascolgadoapaleadofracturadotumefactoasfixiadovioladopinchado con agujas en los oídos y los ojoselectrificadoahogado en orines y mierdaescupidoarrastradoachando espumitas de humo sus últimos restosen el infierno de la cal viva.(Cuando resultó muerto el décimo Guardia Nacional. Muerto[por el puebloy el quinto cuilio bien despeinado por la guerrilla urbanalos cuilios y los Guardias Nacionales comenzaron a pensarsobre todo porque los coroneles ya cambiaron de tonoy hoy de cada fracaso le echan la culpaa “los elementos de tropa tan muelas que tenemos”.)El hecho es que los policías y los guardiassiempre vieron al pueblo de allá para áca.que lo piensen muchoque ellos mismos decidan si es demasiado tardepara buscar la orilla del puebloy disparar desde allícodo a codo junto a nosotros.Que lo piensen muchopero entre tantoque no se muestren sorprendidosni mucho menos pongan car de ofendidoshoy que ya algunas balascomienzan a llegarles desde este ladodonde sigue estando el mismo pueblo de siempresólo que a estas alturas ya viene de pechoy trae cada vez más fusiles.

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